Los manglares son uno de los catorce tipos de paisajes bioclimáticos del mundo. Entre las múltiples funciones de los bosques de mangles se encuentran las de ser el hábitat para muchas especies, purificar el agua y el aire, y constituir una protección natural contra la erosión.
Los manglares en Bocas del Toro:
Los manglares en Bocas del Toro son importantes como hábitat para cría y desarrollo de muchas especies costero-marinas. Estos manglares son principalmente comunidades de franja y de sobrelavado. Los primeros ubicados a lo largo de la zona costera de las islas mayores y el istmo, los segundos creciendo sobre cayos de origen coralino en el centro de las lagunas.
El mangle rojo (Rhizophora mangle, Rhizophoraceae) es la especie dominante en todos los ambientes y forma poblaciones puras en los cayos, donde no hay suelo expuesto que permita el establecimiento de las otras especies. Las otras especies, el mangle salado (Avicennia germinans, Avicenniaceae), el mangle blanco, el mangle botón (Laguncularia racemosa y Conocarpus erecta, Combretaceae) y el mangle piñuelo (Pelliciera rhizophorae), crecen en forma dispersa o forman pequeños parches detrás de la banda de mangle rojo, o en el centro de los cayos más grandes donde se ha formado suelo.
El mangle piñuelo, es sumamente interesante, pues en el Caribe solamente está representada por poblaciones remanentes de una población más extensa, que ocupó la mayor parte del Caribe hasta antes de que el Istmo Centroamericano interrumpiera la comunicación entre el Caribe y el Pacífico. Estas poblaciones residuales son muy interesantes desde el punto de vista biogeográfico y evolutivo, pues se supone que han estado aisladas de las del Pacífico, desde que se cerró el Canal Centro Americano, hace unos 2.7 millones de años.
Las comunidades de las raíces de mangle siguen el patrón típico de los manglares del mundo en las áreas que quedan expuestas durante la marea baja, allí son comunes: Bostrichia, Caloglossa, Catenella, Murrallela no así en las secciones sumergidas donde son sustituidos por una asociación dominada por Caulerpa verticillata, C. racemosa, Acanthophora spicifera y Spyridia filamentosa.
Razones para cuidar los manglares
1) Reservorios de biodiversidad
Los bosques de mangles son ecosistemas ricos en biodiversidad: funcionan como una suerte de guarderías de peces (en ellos se desovan y se crían cientos de especies de peces pequeños).
Son el hogar de moluscos y crustáceos; y la pista de aterrizaje y zonas de anidamiento de gran cantidad de aves. Sus raíces, además, son el refugio de reptiles y anfibios.
Por otro lado, facilitan la salud de ecosistemas adyacentes, como los arrecifes de coral y tienen el doble de la capacidad de almacenamiento de carbono (1.000 toneladas por hectárea) que la que tienen los bosques de tierras altas y cinco veces más que los bosques de sabana.
Son fuente de materia orgánica e inorgánica que sostiene la cadena alimenticia: sus hojas de descomponen para dar alimento a peces pequeños que, a vez, son el bocado de otras especies más grandes.
2) Proporcionan medios de vida
Más de 100 millones de personas en las zonas tropicales e intertropicales del mundo viven cerca de manglares; y de estas, casi 30 millones viven en América Latina y el Caribe.
Para la mayoría de ellos, estos bosques constituyen el principal medio para la obtención de alimentos e ingresos y de una u otra forma, los servicios de aprovisionamiento derivados de estos ecosistemas nos benefician a todos.
En los manglares hay gran cantidad de materia prima como madera de calidad para la construcción de casas (su madera es resistente a las termitas). También es muy preciada para la construcción de barcos y muelles debido a su densidad y resistencia a la putrefacción.
De sus ramas y hojas se obtienen hierbas medicinales, tinturas, entre otros. La miel del mangle es muy preciada por su dulzura y a la vez por su matiz salado. De sus árboles también se extrae sal.
Son lugares claves para el desarrollo de la pesca familiar y de la pesca a gran escala.
Asimismo, los bosques de mangle se han convertido en parte del atractivo turístico y ecoturístico de las costas y en lugares codiciados para los deportes acuáticos.
Justamente por los grandes beneficios que aportan, surge una de las principales preocupaciones de los defensores del medioambiente: los manglares están siendo sobre explotados y cada vez hay más llamamientos para promover la necesidad de protegerlos.
3) Un muro natural para proteger las costas
Cuando surgen las grandes tormentas, el temor se acuartela en los habitantes de las zonas costeras. No tardan en aparecer cifras que justifican el miedo: decenas de muertos, miles de millones de dólares en pérdidas, más personas con posibilidades de caer en pobreza extrema, migraciones forzadas por las pérdidas y por las condiciones climáticas. También los eventos de menos escala, pero más frecuentes tienen consecuencias para las comunidades que viven los litorales.
Los manglares son los únicos bosques del mundo que representan una suerte de muro natural que hace frente a las tormentas. Si los manglares desaparecieran, las comunidades también se quedarían sin una de las barreras de protección para mitigar la erosión del suelo.